Antes de unirse a la expedición de Magallanes, Elcano ya había navegado por el océano Atlántico y había participado en varias expediciones comerciales.

Durante la travesía, la tripulación de la Victoria sobrevivió bebiendo agua de lluvia, zumo de limón e incluso la savia de los palmitos para combatir el escorbuto.

Elcano fue uno de los pocos miembros de la expedición que pudo regresar a España con vida. De los 270 hombres que partieron, solo 18 sobrevivieron y regresaron a tierra.

Se dice que Elcano llegó a ser considerado un experto en navegación astronómica, lo que le permitía utilizar las estrellas y otros cuerpos celestes para determinar su posición en alta mar.

Después de la circunnavegación, Elcano fue recompensado con una pensión vitalicia y el título de «hidalgo». En su honor, la Armada Española tiene en servicio una fragata con el nombre de «Juan Sebastián Elcano», que ha navegado por todo el mundo representando a España.